sábado, 10 de enero de 2015

HUBIERA PREFERIDO...


Me hubiera gustado buscarte y sorprenderme al encontrarte, perderme en la porción de cielo azul de tu mirada y volar los horizontes de tu alma. No sucedió así... Igual mi corazón se enamoró, te amó y se perdió en un mar de pena en el que hoy habita como astro de aguas tristes…

Hubiera preferido buscarte y encontrarte, pero el destino me puso ante ti y fuiste tú quien se perdió en el azabache de mis ojos profundos y colonizaste mi espíritu volviéndolo tuyo, dejándome sin voluntad… Te bebiste mi océano de alegrías y te fuiste sumergiéndome en la nada, en lo incierto…

Hubiera preferido que te quedaras meciéndome los sueños que me enseñaste a soñar, a tejer ilusiones de cristal enhebrando la magia de nuestro amor para tatuar en un futuro nuestra paz, pero te fuiste con pasos lentos y sin mirar los restos de este amor que me penetraban las carnes como cuchillos sedientos de una resurrección que no llegó ni llegará nunca…

Te fuiste arrastrando mi esperanza, el último hilo de esperanza que aún me quedaba cuando besaste mi frente diciéndome adiós… Te fuiste…!!! Te fuiste…!!!

Y me pesan las sienes de recuerdos muertos que arden cual volcán bravío en mis lágrimas de fuego. Me pesa tu ausencia en cada espacio vacío de este mundo que condena mis deseos de tenerte… Te fuiste y me donaste la nada, me heredaste el silencio que aturde mi alegría ensordeciendo los deseos, cegando la felicidad…

Hubiera preferido amarte toda la vida, venerarte hasta el delirio, pero preferiste beber mi esencia y partir a vaciarla en otros brazos, en otro amor.














Simplemente Gris...
Derechos de Autor Reservado.

sábado, 26 de abril de 2014

Poquito más de la mitad...



   
Quizás te sorprendas al recibir éstas líneas, tal vez no... En una de esas algún imprevisto del destino hace que jamás lleguen a tus manos, lo cierto es que la necesidad de vaciar los recuerdos irrumpe en mi abriendo los canales de mi alma de mi corazón, de mi cuerpo y de mi mente, la necesidad de liberar todo lo que me impediste decir alguna vez hoy llenan los blancos de este papel dejándome vacía con ganas de escribir una nueva historia en mi vida...

No supe más de ti después de aquella tarde en que me despedí en silencio con un adiós húmedo en los ojos, no supe más de ti hasta ayer que volví  a verte caminar sobre huellas pasadas, lejanas, huellas que alguna vez sellamos juntos y que se las tragó el tiempo.
 Espero que no mal interpretes mis líneas, no estoy triste, ni estoy suplicando recuperar el tiempo perdido, nada más lejano de la realidad, solo quiero contarte que me costó mucho arrancarte de mi vida, que dolió después de tu partida encontrarme sola y ver reflejada mi sombra sin la tuya en las paredes, es cierto también que supe a que sabía la soledad con tu ausencia, te confieso que fue difícil, pero también quiero que sepas que cuando, la venda cayó por los suelos arrastrando con ella los espejismos que me inventaste, supe que no se reflejaba sola mi sombra en las paredes que  millones de ilusiones brillaban a su alrededor, supe también que la soledad no es tan mala ni temible como parece y que muchas veces te acaricia el alma…

Me di cuenta que “nuestra historia de amor” jamás existió, que en ese espejismo solo amaba yo y lo supe porque cuando sumida en el llanto repetía en la mente una y mil veces  cada momento vivido para condenarme no me sentía culpable porque en ese pasar y pasar de recuerdos solo veía y confirmaba que te había amado con devoción hasta rozar el límite de lo irracional, me di cuenta  que cuando vos me necesitabas me volvía heroína y estaba a tu lado para agarrar poquito más de la mitad de tu pena y dibujarte una sonrisa en el rostro, y sabés, a veces cuando vos estabas mal y me necesitabas yo estaba destrozada y te necesitaba también, sin embargo no me importaba sumar más de la  mitad de tu tristeza a la mía con el solo propósito de verte feliz, pero vos no supiste leer mi necesidad de ti...

Quizás te sorprendas al recibir éstas líneas, tal vez no... En una de esas algún imprevisto del destino hace que jamás lleguen a tus manos, lo cierto es que la necesidad de vaciar los recuerdos irrumpe en mi abriendo los canales de mi alma de mi corazón, de mi cuerpo y de mi mente, la necesidad de liberar todo lo que me impediste decir alguna vez hoy llenan los blancos de este papel dejándome vacía con ganas de escribir una nueva historia en mi vida...

No supe más de ti después de aquella tarde en que me despedí en silencio con un adiós húmedo en los ojos, no supe más de ti hasta ayer que volví  a verte caminar sobre huellas pasadas, lejanas, huellas que alguna vez sellamos juntos y que se las tragó el tiempo.
 Un abrazo tuyo significaba el paraíso, me estremecías, besarte era la gloria, acariciarte, sentirte cerca se me volvía un milagro, te idolatraba, producías en mí un amor incondicional, un amor extremadamente tuyo; quizás ese fue el error, haberte amado tanto, volverte el ombligo del mundo y olvidarme de todo y de todos, hasta de mí... Tal vez te aburrí, te sofoqué, tampoco supiste decírmelo, pero no podrás negar jamás que te amé… 
Nuestro tiempo se fue y hoy siento que es lo mejor que nos pudo pasar, sentí la necesidad de escribir esta carta, luego de verte y me pareció una gran oportunidad para decirte todo lo que no pude aquel día, en aquella oportunidad solo hablaste vos y  fue para decir adiós camuflado en un “necesito tiempo”, tiempo que lo hice mío, tiempo que usé para darme cuenta que nunca me amaste que cada una de las lágrimas que derramé por vos me fortalecieron el alma y que hoy afloran en estas palabras cargadas de sinceridad.
 
No pienses que estoy triste y que aún lloro tu partida, de vez en cuando  lloro es verdad, pero es porque soy mujer y las mujeres lloramos hasta por el final de películas románticas, al menos yo lo hago; mi  pasado con vos no me produce dolor, mi presente sin vos le suma alegría y media a mi alegría  y cuando estoy triste alguien se lleva poquito más de la mitad de mi tristeza y me dibuja una sonrisa en rostro.

 
Simplemente Gris...

Derechos de Autor Reservados

lunes, 28 de octubre de 2013

Me creo tu amor...



Prometo esconder mis lágrimas en el cofre de la tristeza que secretamente guardan mis pupilas, prometo no suplicarte que te quedes un segundo más a mi lado cuando repentinamente te levantes y tomes de la silla el saco gris dejándome, marchándote… Prometo no preguntarte si me amas cada dos segundos develando así mi inseguridad eterna y mi extremo temor a quedarme sin ti… Pero regálame un instante más, regálame esos momentos en que necesitas de mi, esos momentos en que tus problemas buscan oídos dispuestos a beberse tus penas y vaciarte de ellas, regálame tu presencia y consúmete mi paz, esa que afirmas que solo la encuentras en mí, no olvides que estoy aquí por y para ti, no me prives de tu sonrisa cuando una ocurrencia infantil se apodera de mi y logro una inesperada ola de mimos que inunda mi ser…

A cambio prometo suspirar profundo y dejarte sumergido en el silencio que no quiero pero qué prefieres, prometo tomarte de las manos e inventarme un futuro sin estresarte, sin exigir, un futuro en el que tu libertad se expanda y mis deseos por tenerte te retengan sin convertirte en esclavo de amor, prometo quererte sin ahogarte, sin celos, solo quererte y atesorarte… Pero no me quites de los ojos tu presencia, no te olvides de quedarte junto a mí, no me digas que será esta nuestra última primavera… No me condenes a la angustia de un adiós, al abismo que se produce mi alma por el solo hecho de no tenerte cerca, de saberte lejos…

Conoces mi forma de amar, de amarte, sin límites, adorándote, volviéndote mi todo, dejándome vacía con el afán de llenarte de mí, sabes que te vuelves mi universo y que mis razones se esfuman si solo pronuncias las tuyas y el beso, ese beso tan deseado que calla mi enojo, sabes  amor que te vuelves mi todo y que me vuelvo vulnerable a tu lado…

Prometo que te querré siempre así, con locura, como aprendí desde que reinventaste mi vida salvándome de la soledad, solo déjame latir por ti en este corazón coronado de ilusiones, déjame creer en los te amo que pronuncias, déjame soñarte, saberte mío…

Solo eso te pido, deja que este amor se agigante en mí, deja creerme que me amas tanto como yo a ti.


Simplemente Gris...

domingo, 12 de mayo de 2013

Tu olvido y mi agonía.



En la caja secreta de mis recuerdos, te vuelvo eterno amor de mis delirios, y aunque sé que te he perdido de vez en cuando regreso a mi refugio y revuelvo las huellas que dejaste en mi memoria, deshojo el dolor de tu ausencia entre el húmedo rosario de mis lágrimas y me bebo esta soledad insoportable con la magia de un suspiro que se crea entre la distancia de tu olvido y mi agonía…


A veces cuando esa soledad de la que te hablo me sorprende girando por las habitaciones de la casa, perdida, ausente, esclava de ti, me dejo caer en la incertidumbre de un abismo que me absorbe dejándome completamente vacía pero con las fuerzas renovadas de tu existencia en la mía… 

A veces tus recuerdos brotan de la nada como un torbellino imparable…

Se esparcen, inundan, colonizan cada rincón de la casa, cada espacio de mi cuerpo, de mi mente, de mi alma, cuando eso sucede el llanto se vuelve un tirano que arde, un monstruo solitario y silencioso que aturde empuñando mis oídos, arrancándome las entrañas… 

Cuando eso me sucede amor, mi alma se rinde, se queda agotada y entonces esa ausencia se me vuelve murmullo, se transforma en canto penoso, cuando el alma se queda estática el cielo se esconde entre nubes grises y las siestas de verano pierden el color del arcoíris, cuando el alma se queda sin entrañas de tanto añorarte, el mar se ahoga en su azul profundo y mi sueño confía a tu espacio vacío que el cansancio gana…

Simplemente Gris...
(Derechos de Autor Reservados)


viernes, 1 de marzo de 2013

Clandestino Amor…



Hoy el día presume su dorado color y yo sueño con mi cita de amor, cuento los segundos uno a uno, voy restando la distancia que te separan de mí y el tiempo se me vuelve un tejido de deseos… El espejo refleja mi sonrisa más radiante que nunca, mi alegría es extrema, hoy por fin volveré a verte, me transformaré en tu doncella, en tu musa para que no te olvides de mí ni un solo instante…

Giro cual adolescente enamorada acampanando mi vestido azul y ya sin tenerte aún presiento tus brazos bordando mi silueta… El cielo me mira y sabe que en mi corazón anida el amor y detrás una pena inevitable, una pena que teñirá esta tarde mi llanto de gris… Sí, esta tarde lloraré porque nos diremos adiós, porque esta historia que hace tanto tiempo tenemos no pude seguir, ya imagino tus palabras perforando mis oídos y fulminando mi alma, y a pesar de que será la última vez que te veré, el solo hecho de imaginarte cerca hace que mi mundo se vista de color, aunque luego todo se derrumbe a mis pies y las fuerzas queden sepultadas y las ganas desaparezcan como dentro de nada desapareceré de tu vida.

Se cuelan los rayos sol en mis cabellos brillantes y la piel se me estremece al sentirme cerca de ese sitio que tantos recuerdos nos guarda, me duele imaginar que este encuentro no será como tantos otros en los que me jurabas amor eterno y tatuabas con tu nombre mi vida, no, ya lo sé, imagino todas y cada una de las palabras, mientras las pronuncies dejarán caer mis ojos lágrimas que se volverán olvido en mi café…

No habrán rosas rojas, ni besos en mi frente, tampoco tomarás mis manos fundiéndolas en tus labios, ay amor, si te conozco tanto que hasta podría evitarme este sufrimiento, se que repetirás su nombre para recordarme que soy libre, para confirmar que te he perdido, hablarás de ella de su paciencia y dedicación y yo seré fuerte ante ti y simularé entenderte y te daré la razón, la nombrarás una y mil veces, lo sé, y sufriré en silencio otras mil veces más…


Ay amor si te conozco tanto, tanto, que compartirás tu culpa conmigo para sentirte menos  culpable, me sentiré tirana, tragaré mi orgullo y me calmarás, dirás que fui lo mejor que te pasó, pero recalcarás que nuestros tiempos no coincidieron, que solo fuimos presas de una ilusión, nuestra historia no puede ser dirás, te justificarás olvidando las promesas de amor que coleccionaste en mi corazón y a las que yo alimenté en la cita de cada mes, de cada sueño que me donabas al llamarme deseoso para verme… Sufriré lo sé, estaremos frente a frente y el llanto por mi mejilla surcará dejando un adiós inevitable…

Te espero como siempre, como cada mes ilusionada, soñando sin pedirte nada más que me quieras estas horas que me obsequias en cada encuentro, te espero mientras bebo un café que hoy me sabe amargo, la angustia me sofoca, el dolor me arde en el pecho, miro al costado de mí y encuentro la nada, veo ilusiones marchitándose, y sufro…

Porqué estoy aquí?, porqué ésta maldita manía de sufrir?  Silenciosas respuestas dónde se esconden…!

Escapo dejando mi valor en el último silencio, escapo dejándote un adiós sobre el olvido, no me encontrarás bella como tantas veces, no verás mis ojos húmedos por el llanto del final, no tendrás que decirme tantas cosas, ni justificar que nuestra historia terminó, no amor, huiré, escaparé, me perderé en la soledad de mi sufrir y renaceré cuando las ganas por ver mi luz curen sus llagas, antes no, antes mataré en olvido este amor que me consume, asesinaré este amor que me robé y que hasta hoy me doy cuenta que jamás fue mio…

Hoy guardaré el vestido azul, mi vestido azul que tanto te gustaba...

Simplemente Gris
(Derechos de Autor Reservados)

sábado, 12 de enero de 2013

Fuiste dejando que me volviera silencio…




Me fui quedando con las ganas de oír tus palabras a mitad de una noche fría, con ganas de leer tu mirada en un desamparo del sueño a mi cuerpo, poco a poco, fui reservándome los besos, amontonándolos en el corazón hasta fabricarme una coraza irrompible de carmín…

Poco a poco amor, fuiste dejando que me volviera silencio, poco a poco fui devorándome como dulces manjares las palabras que inventaba en un acto divino para posarlas en tus oídos y así crear en ti un mecanismo irresistible de mimos, que verterías en mí como manantiales inequívocos de deseo y amor después de oírlas…

Poco a poco fuimos dejándonos de sentir, se nos fue alejando en vuelo lento y visible la pasión, las ganas de tenernos, de descubrir chispas en nosotros para mantener encendida esa llama tan vulnerable llamada amor, que desbordamos no hace mucho tiempo o si, como volcanes en plena erupción, ya ni sé…

Has unificado el cielo y la tierra, ya no me estremecen tus caricias, ya no toco las estrellas con mis manos, las bajaste a mí de un solo golpe matando la ilusión, dejando un desierto monótono de soledades plasmadas en los bordes de esta historia que se ha desvanecido cual castillo de arena ante las frías olas del mar…

Dejaste aparcada la magia en el baúl de las sorpresas, los detalles con los que lograste pintarme en los labios las sonrisas más bonitas, el cristal perfecto de tus ojos posándose en los míos invitándome a quererte, te has olvidado de las rosas en las mañanas, esas que escondías detrás de mis párpados cerrados y jugando con mis ansias me llenabas de bella impaciencia.

 Ay amor,  cómo pudimos dejar que se esfumara nuestra esencia, nuestros deseos, nuestros sueños…

Nos olvidamos de las largas charlas empapados en aroma a café, olvidaste enredar tus manos en mis cabellos cuando nos borrábamos el deseo en besos infinitos, olvidé decir te amo por temor a sofocarte con mi forma extrema de quererte, dejé que me ganara esa indiferencia que propagaste en nuestra casa y hoy me duele ver como transcurre la vida, nuestras vidas, estando tan cerca y tan distantes a la vez…

Fuiste dejando que me volviera silencio y no te das cuenta, no sospechas que me duele sepultar nuestro amor todos los días un poquito.

Ay amor! Hemos dejado que la voz de nuestro amor se vuelva silencio.

Y duele... Duele.

Simplemente Gris... Gris 

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Pintando deseos.




 El estudio estaba impecable, un sofá de época, tules de colores vertidos en el suelo dándole un perfecto toque de glamur, flores en jarrones de porcelana antigua. Aquel rincón había quedado listo para que Laura vertiera su anatomía perfecta y Julián la retratara dejando el alma en el lienzo…

Allí se respiraba serenidad, la belleza de la joven atravesó los aires del lugar envuelta en una bata blanca que dejó caer quedando íntegramente cubierta por su piel, se dirigió sin pudor con pasos lentos al sofá que la acogería.

Julián la observó bebiéndose su instinto en un suspiro, con los latidos desbordados, con la piel salpicada de colores al sentirse tan cerca del deseo, con las manos sudorosas y la mirada enfrascada en la perfección de aquel ser… Comenzó a trazar sus formas en la infinidad de un lienzo y sus pensamientos…

Ella lo miraba fijamente, casi seduciéndolo, casi invitándolo a plasmar su arte en su epidermis.  

El retrato fueron ellos unificados en la piel.


Simplemente Gris...
(Derechos de Autor Reservados)